miércoles, 14 de agosto de 2013

A mis amigos y amigas

Estoy leyendo ahora el libro “Sexo en New York” del que se inspiró la serie del mismo nombre que nos invitó a convivir con: Carrie, Samantha, Miranda y Charlotte. Lo que más me gustó de la serie y las posteriores películas fue la “AMISTAD” de las cuatro protagonistas. La he escrito en mayúsculas porque así la considero yo. Siempre estaban dispuestas para compartir los buenos y malos momentos por los que atravesaban cada una de ellas fuese la hora que fuese o se tuvieran los compromisos (sociales o laborales) que se tuvieran.Este ejemplo me ha hecho reflexionar sobre la importancia que en mi vida tiene la amistad. Se dice, y es cierto, que la familia es la que se impone y los amigos son esa familia que se elige libremente. Muchas personas pasan por nuestra vida a lo largo de ella. Colegio, institutos, trabajo, ocio… pero hay circunstancias que te dejan claro quiénes son tus verdaderos amigos. Aquellos que se pierden en el tiempo hay que tener claro que solo fueron meros conocidos. A día de hoy debo confesar que soy inmensamente afortunada en amigos. Por desgracia he pasado por muy malos momentos en los últimos tres años y que en esos (que son en los que se ven los verdaderos amigos) me desbordaron los apoyos. Tantos que yo misma me sorprendí porque no sabía todas las personas que tenía a las que podía acudir. En estos momentos dulces que están precediendo a la publicación de mi primera novela “Para encontrar al príncipe azul hay que besar a muchos sapos” son muchas las personas que me están apoyando y mis amigos los están viviendo con verdadera ilusión junto a mi. Son un verdadero apoyo que están deseando que llegue el día de la presentación con las mismas ganas que yo misma. La lista de agradecimientos sería interminable por ese motivo solo aparecen algunos en este apartado del libro. Gracias a la amiga que me insistió a seguir escribiéndola, al amigo que me la inscribió en el Registro de la Propiedad Intelectual porque yo no podía ir, al que me hizo tan buenas críticas al leer algunos de sus capítulos que, además, me ayudó a corregir algún que otro error ortográfico, a mis compañeros que se alegraron al conocer la noticia de la publicación porque de forma instantánea iban buscando entre sus amigos y familiares invitados para la presentación… Si sigo sería interminable el listado. A todos mis amigos y amigas: Muchísimas gracias por estar siempre ahí, en los malos y buenos momentos. Prometo cuidaros, estar cerca de vosotros porque sois mi mayor tesoro y no puedo defraudaros nunca porque a mí no me habéis defraudado jamás.

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