martes, 12 de noviembre de 2013

Gracias Utrera

No se me ocurre mejor título para esta vuelta al blog después de unas semanas sin tiempo para publicar en él. El motivo era que estaba organizando la presentación de mi primera novela “Para encontrar al príncipe azul hay que besar a muchos sapos” que me llevó muchísimo tiempo y dedicación. Pero llegó el viernes, 8 de noviembre, la fecha elegida para mi “bautismo literario” como fue denominado por Salvador de Quinta (en su día) y el presentador de la novela, Antonio Cabrera. Desde ese día vivo en una nube. Nunca imaginé que tantas personas me arroparan en ese momento tan importante para mí pues se hacía realidad el sueño que tuve desde niña de ser “escritora”. 

La presentación de esta me sirvió para reencontrarme con mi amiga de la infancia que no veía desde hacía casi veinte años, mis compañeros de BUP y COU del colegio salesiano Ntra. Sra. Del Carmen de Utrera, amigos que he ido sumando a mi larga nómina a través del trabajo y, como no podía faltar, mi familia que como dije: “somos pocos pero los mejores”. Ver el Salón de actos de la Casa de Cultura lleno y oír en el patio a los que no pudieron entrar me llenó más de alegría y creo que los que allí estaban veían como esa felicidad se reflejaba en mi cara. Nerviosa estaba, debo confesarlo, pero más ilusionada por presentar a mis amigos “Para encontrar al príncipe azul hay que besar a muchos sapos”, un proyecto en el que he trabajado muchos años y que a mí me apasiona el resultado final obtenido. 

Solo espero que ahora la respuesta de los lectores sea positiva. Disfruté todos y cada uno de los momentos que viví el viernes, especialmente la firma de ejemplares. Más de una hora estuve recibiendo a muchas personas que adquirieron allí su ejemplar (otros ante la larga cola decidieron esperar a este domingo, 17, en la Plaza del Altozano). Aunque me decían, en broma, ¿cómo tienes la mano? ¿Te dolerá de tanto firmar? Para nada. Es cierto que no sentí dolor sino mucha alegría de apreciar el cariño de todos mis amigos. Siento no haber podido saludar y compartir tiempo con todos los que estuvisteis ese día en la Casa de Cultura. Sabed que me habéis hecho sentir muy feliz y que no esperaba tanto de vosotros. Mi deuda es grande y eterna, como también lo es con Utrera por las muestras de cariño que comencé a recoger antes de la presentación, en ella y en estos días posteriores. Y acabo como empecé mi exposición en la presentación de “Para encontrar al príncipe azul hay que besar a muchos sapos”: “Me gusta Utrera. Salir a la calle y ver caras amigas. Pararte en una esquina a charlar. Vivir en Utrera es la gloria para mí”. ¡Gracias Utrera!

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